Sant Antoni ofrece vistas y rutas de primera, para caminar con gusto a Ibiza

El senderismo en Sant Antoni descubre nuevas rutas y perfectas vista para mirar a Ibiza desde otro plano aún más impresionante que sus calas y playas; es así como el senderismo, tomar fotos, practicar selfies, se convierte en un verdadero hobby.

Vistas y rutas en Sant Antoni, de primera clase

Sin usar el coche, ni propio ni alquilado, en esta oportunidad, evitando el estrés de manejar y la contaminación que produce, la propuesta es caminar y disfrutar desde otro plano a Ibiza; el recorrido inicia en Sant Antoni de Portmany; la primera ubicación es Cala Salada donde se abre una ruta en la costa, similar a un majestuoso balcón sobre el litoral  occidental; esto quiere decir que se lucirá el calzado deportivo.

Sant Antoni de Portmany y Cala Salada, una ruta de excelencia

El recorrido es el camino de unión entre ambos lugares; de esta forma se convierte en una ruta circular, fácil de transitar, nada de segmentos pesados, que alivian los 12 kilómetros que hay que cumplir de trayecto por enclaves naturales y vírgenes que se encuentran en el camino.

No queda nada mal, acompañar la distancia con un picnic en Cala Salada; las bebidas refrescantes no deben faltar en el trecho donde se aprecian panorámicas impresionantes  sobre la bahía; la inmensidad de la isla  de Conillera, los detalles de la Costa y del perfil del cabo Nonó.

Si la hora y la temperatura lo permite, es posible un baño en Caló des Moro, Cala Gració, Cala Gracioneta , Cala Salada, Punta Galera y Cala Saladeta, buenos puntos donde el agua es transparente, refresca y la suavidad de la arena relaja los pies; si se va de regreso, las caídas de sol son impactantes desde el punto dispuesto por el Aquarium Cap Blanc; también se puede llegar  a la terraza del Hostal  La Torre, esta camino es el paso por el acantilado; un paso seguro y muy entretenido.

Sin ánimo de perdida

Llegando a Punta Galera, la continuación del camino cambia de panorama; un tramo se esconde, para pasar detrás de unas casetas  de pescadores ubicadas  en una singular calita, donde se encuentran una escaleras talladas en la roca,el descenso desde ahí permite cruzar al otro lado y el sendero reaparece dando la cara al mar.

Al pasar Punta Galera, el camino prosigue junto a la costa, solo se detiene al llegar al muro que pertenece a una vivienda; esto hace que se tome la carretera  y se continúe en ella. Sin avanzar mucho, se encuentra una caseta de cemento con un graffitti y un camino que lleva a otro sitio fuera de la ruta; continuando se encuentra una bifurcación, tomar la izquierda y ya, sin perdida se sigue por esa vía.

El camino serpentea hasta llegar al restaurante Cala Salada; que sirve de descanso para los temporadistas rezagados en la playa que lleva el mismo nombre.

La ruta más singular de Ibiza

La ruta que se describe cumple con las características propias de un día de entretenimiento y diversión, salir de la rutina y emprender una actividad saludable, ya que es una ruta amable, adaptada para cualquier edad; apenas son 12,3 kilómetros de distancia, con desniveles poco pronunciados, en una ruta circular de 3 a 3,30 horas. Así que es el momento de buscar la gorra o sombrero de ala ancha, la crema protectora, agua para hidratarse sanamente y las provisiones para ir picando, sin dejar desperdicios ni señas de nuestra presencia por el camino.

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