La Cueva de Can Marça en Ibiza, destino de corsarios y bucaneros

La isla de Ibiza, el sitio ideal para vacacionar y deleitarse de buenos escenarios fue albergue en tiempos remotos de corsarios y bucaneros; así lo testimonia la fabulosa Cueva de Can Marça, una de las mejores atracciones de la isla en cualquier época del año. 

Destino de corsarios y bucaneros, la cueva de Can Marça 

Ibiza es un punto clave de recreación y disfrute, diversas atracciones naturales, que invitan a la familia a visitarla y vivirla; de hecho, es imprescindible comentar acerca de la Cueva de Can Marça, localizada a pocos kilómetros de la localidad de Sant Miquel de Balansat, un hermoso enclave natural del norte de la isla; resulta una ruta interesante que impresiona por tener más de 100.00 años de antigüedad y encontrarse dentro un fabuloso acantilado que la esconde muy cerca del Port de Sant Miquel. 

De esta forma la cueva cuenta su propia historia al mostrar como esta oquedad kárstica se ha ido formando gota a gota a través del tiempo; una historia de encanto para aquellos que gustan de las historias de piratas y corsarios, contrabando y tesoros escondidos. 

 
Una historia llena de aventuras 

En efecto, un escondite en una cueva, utilizada por contrabandistas, piratas, corsarios o bucaneros, como mejor sean llamados, donde escondían sus tesoros, la mercancía robada o contrabandeada; todavía en sus paredes se pueden ver las marcas y señas para salir o entrar; quizás se encuentran aún magníficos tesoros escondidos sin posibilidad de ser descubiertos, también se cuenta que el islote de Sa Ferradura era otro de los lugares predilectos para esconderse luego de sus fechorías. 

Es así como a partir de los años 80, la cueva empezó a ser tratada con interés turístico; por la popularidad de historias referidas a los refugios de piratas y corsarios que escondían sus mercancías en la cueva. 

El esplendor de su interior 

Pasear por la cueva representa explorar 8500 metros cuadrados de superficie escarpada llenas de estalactita y estalagmitas producto de la erosión, al pasar el agua a su interior; la formación de afilados adornos, salas inmensas y columnas magistrales denominadas por su apariencia opulenta como El Templo, La Cascada o la de Buda. 

La cueva de Can Marça ha pasado por innumerables procesos geológicos, glaciaciones y climas tropicales, que hacen que hoy en día presente un estado fosilizado; solo en los lugares más profundos el continuo goteo del agua continúa interviniendo en su proceso de formación  

De tal forma, el recorrido se hace en 35 a 40 minutos, que los guías acompañan narrando la historia de sus habitantes e invasores y de la forma como se ha ido formando el escenario magnifico que ofrece la cueva. 

La ruta de llegada a la Cueva 

Este punto del turismo en Ibiza se demarca en una carretera que conduce a través de pequeños valles agrícolas, la Cueva de Can Marça se sitúa en un lugar impresionante, lleno de vistas hacia las islas de Murada y Ferradura que al contraste del sol y la luna forman efectos increíbles. 

El verdor de los valles que contrastan con las costas y su arena, los riscos llenos de rocas sensibilizan a la población y a los visitantes a creer en la ecología y la importancia de la sostenibilidad de los recursos.  

De tal manera se aprecian paisaje donde conviven árboles frutales, olivos, almendros, algarrobos y casas antiguas y mediterráneas; otra maravillosa forma de llegar a la cueva es realizar la excursión en barco; esta forma distinta de entrar muestra otro punto de vista saliendo desde los puertos de Sant Antoni o Sant Miquel. 

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